Así decían las feministas de la segunda ola.

En estas imágenes se intenta ilustrar cómo si las tareas domésticas no están equitativamente distribuidas, esa desigualdad se traslada a otros ámbitos de la vida: como el laboral. Estas imágenes están destinadas a cualquier persona que sufra desigualdad, sin importar género.

En estas fotografías, la temática es la dispar distribución de las tareas domésticas en el hogar y cómo el perpetuar esta costumbre hace que esa disparidad sea llevada a otros ámbitos como el laboral. Se asocian también con el lema propio de la segunda ola del feminismo «lo personal es político». Las fotografías intentan ser un llamado a la reflexión para dejar de aceptar tareas que debieran estar equitativamente repartidas entre lxs habitantes del hogar. El que las mujeres acepten esta desigualdad en el ámbito personal hace que lo público sea desigual.

A pesar de ser una situación personal es, por el mismo concepto, una situación social. He elegido a una persona que realmente trabaja en la oficina fotografiada, para tomar en cierta parte lo real y representarlo de una manera performativa. Las imágenes son, a su vez, una parodia que según Judith Butler permite subvertir los modelos de genero al parodiar la repetición.

Es también una manera de comprender cómo los géneros y sus roles en la sociedad son construcciones. Como diría Simone de Beauvoir, «no se nace mujer, se llega a serlo».

En este sentido, las imágenes de la mujer usando guantes en su espacio de trabajo, tienen como fin un cambio en las actitudes. Las imágenes obtendrían reacciones y, sin importar si éstas son negativas, producen cambios y discusiones.